Las cualidades y virtudes que se requieren de una joven en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días, están ejemplificadas en la vida de muchas mujeres notables a través de la historia. Entre dichos ejemplos se encuentra María de Nazaret cuya misión, la de ser la madre del Hijo de Dios, es única en la historia.
Un día Gabriel, un mensajero celestial, llegó a ella con un mensaje de Dios el Padre. Le dijo que era bendita entre las mujeres. Había sido escogida para ser la madre del Hijo de Dios. El mensaje de Gabriel debe de haber asombrado a María, pero ella estaba preparada. Estaba destinada a servir al Señor, por lo que respondió:
“He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra” (Lucas 1:38).
Su espíritu de devoción a Dios y su disposición a servirle proporcionan un ejemplo para las jóvenes de la Iglesia.
Tú eres una hija de Dios y tienes un importante papel que cumplir dentro del plan eterno de Dios. Has sido escogida por el Señor para venir a la tierra en este tiempo y para cumplir una misión especial y ayudar al Salvador con su obra aquí en la tierra. (Un aporte de Marianella M. P.) Gracias.